TODOS NEGROS

Editorial de Imagina 6
Varios medios han publicado criterios fundamentales de un negro como respuesta a la idea de casta que tan bien caló en los sectores populares de nuestro país. Y es que cuando tomas la palabra negro, podes aplicarle múltiples significados y significantes. Hay y hubo negros propios: El negro Lavié, la negra Sosa, Fontanarrosa entre tantos y tantas otras.
El negro argentino no necesariamente es el negro cordobés -en una nota con el Jefe del Área de Arqueología de la Agencia Córdoba Cultura Alfonso Uribe- nos confirmó que tenemos mucho de negritud. Aun negándolo, el negro cordobés lo confirma, por negro.
Negro medio pelo, capaz de intervenir una forma de resistencia inconsistente, sin primera marca, desordenao, brutal. Negro orgulloso y vanidoso, hijo de esclavos y de terratenientes, bravo en las malas, relajado en las buenas. Negro agrandao y alegre, no así feliz.
El negro cordobés se autopercibe latino. Heredando de La Mona JIménez un orgullo superlativo por su ADN que le ha permitido cobijar a personajes como Jean Carlos dentro de su paraíso de ídolos. Negro que abrazó hasta el ultimo día al palomo Luzuriaga y que respeta al gringo, pero no logra quererlo.
Pero ahora es distinto. Ahora la casta somos todos, a lo mejor negros también, peyorativa y orgullosamente negros somos todos.
En ese reconocimiento encontramos una forma de diálogo con este periódico. Nos sentimos parte de un tiempo, de un lugar, de un territorio que requiere formas dinámicas y empáticas de vincularse.
Esa es una de las razones fundamentales por las que nos vimos en la necesidad de cambiar nuestro modelo de distribución y comercialización, apelando a llegar a más casas, a todas las casas, a todas las manos y en todos los pueblos del valle de Traslasierra.
Desde Marzo y durante todo el año, Imaginá! no tiene precio de tapa, su financiamiento dependerá de los emprendimientos que auspicien el periódico y de los aportantes que mensualmente decidan suscribirse ampliando la conversación pública.
En la nación, el debate público fracasó. No dejemos que fracase en nuestro valle también.
Empezar a llamarnos como queramos, sin miedo, a decirnos como queramos sin stress y a charlar sin filtros es la única manera en que la violencia no se imponga.
Otra vez.