Un jockey quedó colgado del caballo en plena carrera.
Tras quedar colgado durante 16 segundos, el jinete panameño logró volver al lomo de su caballo en una carrera en los Estados Unidos y evitó un accidente que parecía irremediable
El jockey panameño Abel Lezcano perdió la estabilidad en la montura del caballo Christmas Present en la primera curva de la tercera carrera del hipódromo estadounidense de Hawthorne, programada sobre una distancia de una milla y 70 yardas, y dramáticamente se salvó de caer, mientras la mayoría de sus rivales corrían detrás suyo y lo observaban colgado de su conducido.
Tras largar junto a los palos de la gatera número 1, Lezcano fue enseguida a la punta y en esa posición llegó al primero de los codos de la pista de carreras del escenario ubicado en Stickney, cerca de Chicago. Allí, mientras intentaba controlar a su caballo para mantener un ritmo beneficioso y era emparejado por el 4, Blooming Garden, comenzó a notar que algo no estaba bien en su equipo.
El estribo derecho, acaso el que más fuerza cargaba en ese momento por estar en la curva, cedió repentinamente y, en un abrir y cerrar de ojos, el jockey desapareció de arriba del animal y quedó suspendido en el aire, sosteniéndose con la fuerza de sus brazos, el apoyo de la otra pierna y las riendas.
Así, transcurrieron 16 segundos hasta que milagrosamente (y por su increíble pericia) consiguió volver al lomo del caballo. La angustia cobró protagonismo. Todos contuvieron la respiración. Los que estaban en las tribunas, los que seguían las alternativas por televisión, y sus compañeros, que veían cercana la posibilidad de una caída que, incluso, pudiera involucrarlos.
Al llegar a la recta opuesta, Lezcano seguía colgado e intentando no irse al suelo. Los que corrían por detrás se habían apartado de la empalizada y para algunos era difícil conservar la concentración, ya que seguían con atención lo que sucedía al costado. Hasta que el jinete hizo lo que casi nunca sucede en una situación de ese estilo: recuperar su lugar sobre el zaino. Sentado, manteniéndose heroicamente como podía, llegó a recorrer la mayor parte del trayecto. La posición era lo de menos a esas alturas. Un caballo de asistencia de los que siguen siempre la prueba logró alcanzarlo poco después y el palafrenero logró controlarlo.