El triunfo de la derrota
Ese triunfo de la derrota no nos deja mucho que decir. Siempre que uno pierde va a su cuarto, se mira el espejo, trata de entender lo que pasa, se sacude las ropas, se respira profundo y se empieza de nuevo.

La gran derrota que estamos atravesando como país tiene mucho más que ver con lo cultural que con lo económico
Una derrota en la forma de ser, de pensar y de sentir cómo se construye una comunidad.
Sorteamos la cotidianeidad con la subsistencia y nos perdimos de vista eso de que tener cosas no es progreso y por alguna razón caímos en la trampa de correr tras las pelotas equivocadas.
Sospecho – En este mes SanMartiniano – que la línea histórica de los patriotas de esta tierra batallaron por la existencia de un “nosotros” una idea de patria y de identidad y que esa es nuestra bandera hoy caída.
Del otro lado de la banda los que al mejor postor venden desde el puerto lo que tenemos en los píes.
Nos conviene venderle al extranjero las materias primas porque ellos si que saben como se hace. Nos conviene darle a los que saben nuestra libertad y que la tomen, la nombren y se la apropien.
Ganó la derrota, ganaron los que nos decían que teníamos que perder.
Ese triunfo de la derrota no nos deja mucho que decir. Siempre que uno pierde va a su cuarto, se mira el espejo, trata de entender lo que pasa, se sacude las ropas, se respira profundo y se empieza de nuevo.
Porque no nos van a decir hasta donde el tamaño de nuestras esperanzas y nuestras libertades, porque la historia es larga y tenemos el futuro, ese lugar de encuentro que nos va quedando.